Todo lo que sabemos sobre Xbox One

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Tras aquel movimiento sorpresa de Sony anunciando PlayStation 4 y con Nintendo Wii U en el mercado, a Microsoft no le quedaba más remedio que mostrar su última propuesta dentro del ocio electrónico, aunque más bien habría que llamar a su nueva consola «centro multimedia de entretenimiento». Ni Xbox Infinity, ni Xbox 720, ni Durango… La próxima máquina de Microsoft será Xbox One.

Con este nombre, tratan de jugar con el concepto de tener «todo en un aparato» y de eso ha ido la presentación que arrancó con Don Mattrick: demasiada palabrería sobre aplicaciones de televisión y pocos juegos.

Al mostrar la consola, llamó la atención el tamaño de la misma, de considerables dimensiones, de forma rectangular y de un color negro discreto, ideal para tratar de pasar desapercibida dentro del lugar donde Microsoft quiere colocar su Xbox One: el salón de casa. La máquina no se presentó sola y se mostró una revisión del mando de Xbox 360, con mejoras en la cruceta y gatillos -incluirían vibración propia- y que funcionará con batería, y cómo no, la revisión de Kinect.

Xbox One

La nueva cámara Kinect será de alta resolución -1080p-, permitirá hasta reconocer la presión que hacemos sobre nuestros músculos, calcular nuestro ritmo cardíado y detectar incluso nuestro estado anímico. Todo esto, según Microsoft. Por supuesto, los comandos de voz serán imprescindibles para manejarse por la interfaz de la consola, y es más, Kinect es de uso obligatorio, vendrá con cada máquina y siempre estará conectado a Xbox One con el reconocimiento de voz activado para encender el aparato -veremos si en el futuro esto no genera problemas de violación de privacidad por accesos no autorizados a la cámara-.

http://www.youtube.com/watch?v=slHYwSVqlBI

En cuanto a la propia consola en sí, hay que destacar que las especificaciones técnicas de la misma la sitúan por debajo de PlayStation 4, a lo que han respondido desde Microsoft que ellos no persiguen la potencia gráfica.  La máquina emplea una arquitectura x86 creada por AMD con CPU de 8 núcleos y GPU orientada a DirectX 11.1, tendrá 8 Gigas de RAM -tipo DDR3 frente a los 8 GB GDDR5 de PS4-, disco de duro de 500 Gb (se podrán emplear discos duros externos), entradas USB 3.0,WiFi y un HDMI con entrada y salida. Respecto al juego online, tan solo han mencionado que las suscripciones Gold de Xbox 360 serán válidas también para Xbox One, por lo que se da por hecho que el juego en red seguirá siendo de pago en la plataforma de Microsoft, aunque no se han dicho precios ni si se ampliaran servicios.

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La mayor parte de la conferencia se ha centrado en el uso de Kinect y en las distintas opciones de visionado y complementos para los servicios de televisión que pretenden integrar en Xbox One: pero atención, se necesitará un periférico externo para poder usar la consola de TDT, con el consiguiente desembolso. Ciertamente resulta un tanto absurdo que te planteen una máquina para ver la televisión en tu televisión y debido a la naturaleza de nuestro espacio, tampoco nos vamos a limitar a daros la chapa con características que podéis ver en el vídeo o sobre acuerdos que no veremos por estas tierras.

Entrando al trapo en lo referente a videojuegos, por extraño que parezca, no hubo ni una demostración del uso de Kinect en título alguno, tan solo alguna mención sobre las posibilidades de los comandos de voz en el gameplay. Se adelantó que la instalación de juegos en el disco duro será obligatoria, pese al lector Blu Ray que incluye la máquina, y ojo, que ahora viene la información difícil de digerir: los juegos tendrán claves y necesitarán ser registrados. Y la cosa no se queda ahí, qué va, llega mucho más allá de lo que algunos imaginan en este punto.

Pongamos el caso de que un jugador, llamémosle Mario, adquiere un juego para su Xbox One. En primer lugar, la consola le obligará a conectarse a internet -y atención porque será obligatorio estar online al menos una vez cada 24 horas- para introducir la clave del juego, vincularlo a su Gamertag -servirá el mismo que ya teníamos de la anterior Xbox– y a su consola. Ahora entra en escena un amigo de este jugador, Luigi, quien podrá hacerse un perfil en la consola de Mario y jugar a los juegos de la consola de su amigo. Ahora pensad en la típica situación de préstamo de juegos. Pues bien, Luigi no podrá jugar al juego que le preste su amigo Mario, pues ha quedado vinculado al Gamertag y consola de Mario, y atentos, que ahora rizamos el rizo, pues su Luigi quiere jugar con esa misma unidad física del juego, deberá comprar una clave de activación que costará exactamente lo mismo que si lo comprara nuevo. No obstante, Mario puede iniciar sesión en la consola de Luigi y ejecutar los juegos que, legalmente, le reconocen como legítimo dueño -y ya sabemos que esto va a traer cola con la gente que se va a dedicar a prestarse cuentas y datos personales-. Increíble pero cierto.

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Ahora nos preguntaremos qué sucederá con el mercado de segunda mano. La estrategia de Microsoft es crear un mercado virtual bajo su paraguas, donde los jugadores vendan sus licencias de juegos que ya no quieren jugar más -perdiendo así derechos sobre su compra- poniendo ellos mismos el precio que estimen. Aún no quedan nada claros los términos y el funcionamiento de este sistema del que dice la propia Microsoft que ya dará más información más adelante cuando ellos mismos aclaren sus propias ideas. Y por cierto, la conexión permanente a internet para jugar quedará a voluntad de cada desarrolladora.

En cuanto a juegos, la verdad es que no fue nada sorprendente, más bien lo contrario. Por una parte, EA mostró su nuevo motor gráfico IGNITE, bajo el que correrán sus próximos juegos deportivos, como FIFA 14 y la verdad sea dicha, lo que mostraron se encontraba muy verde, con modelados y animaciones que dejaban una mala impresión. Un nuevo Forza se dejó ver en un breve vídeo y Remedy anunció una nueva IP llamada Quantum Break, de la que no se sabe nada más allá de lo visto en el tráiler con escasa información.

Microsoft se llenó la boca asegurando que durante el primer año la consola recibirá hasta 15 títulos exclusivos, 8 de los cuales serían nuevas IP y que ademñas Rare (o lo que queda de ella) está trabajando en una de sus franquicias más queridas. También se anunció la serie de televisión de Halo, que contará con Steven Spielberg como productor ejecutivo y quien apareció en un vídeo mostrándose muy excitado por el proyecto.

La guinda de la conferencia vino con el primer gameplay de Call of Duty: Ghosts. Activision mostró a varios desarrolladores del juego hablando de las bondades técnicas del mismo y de la necesidad de reiniciar la saga, pues «no querían seguir haciendo lo mismo, sino lo mejor». Ciertamente, el salto técnico era palpable, y más comparando los modelados de personajes del juego con los de Modern Warfare 3, lo cual denota cierta premeditación a infundir determinadas sensaciones en el público: Modern Warfare 3 era un juego con un aspecto técnico obsoleto, por lo que comprarlo con cualquier cosa next gen lo dejaría siempre en mal lugar. La verdad es que gráficamente no ha sorprendido para nada y por lo visto en el gameplay parece que pese a las declaraciones de Activision, los hechos parecen otros.

Seamos francos, como gamer, me ha parecido una decepción total. El asunto de las licencias de juegos es muy espinoso,  habrá diferencias palpables entre los juegos multiplataforma para Xbox One y PS4, parece una máquina más orientada a servicios de TV de pago que una consola, no se mostraron ni se anunciaron juegos exclusivos o de gran calibre que no conociéramos, se requerirá conectar la consola a internet al menos una vez al día -desconocemos las consecuencias de no hacerlo-, parece que el juego online seguirá de pago, Kinect ahora es obligatorio para el normal funcionamiento del aparato -¡incluso para encenderlo!-…. Son demasiados hándicaps, bastantes, que no han hecho más que poner en bandeja de plata a Sony el mercado de los videojuegos.

¿Cuál es entonces la verdadera meta de Microsoft? Quizás estos años ha tratado, simplemente, de introducir la marca Xbox como un caballo de Troya para llegar a este punto donde culminar su plan. Sinceramente, puede que en EE.UU. tenga éxito al jugar en casa -nadie gana en chovinismo a los estadounidenses- y que allí el mercado de la tv de pago no es ni por asomo el mismo que en Europa, pero en el resto de territorios, tras esta conferencia, el interés en Xbox One ha caído en picado: ¿lograrán salvar los muebles en el E3 con anuncios de juegos? ¿La respuesta de Sony los dejará en ridículo? ¿Pretenderán repetir la estrategia de captar a los hardcore players durante los primeros años de vida y luego darlos de lado como pasó con Xbox 360? Está claro que todo no podemos saberlo, pero los antecedentes están ahí, a lo que sumar las declaraciones de intenciones de Microsoft y dará como resultado un caballo ganador de ojos rasgados por el que ya apuestan muchos gamers.


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