Me apasionan los e-Sports, sobre todo como aficionado y espectador. Hay que partir de esa base, claro. Me inicié en el multijugador online con títulos tan fortísimos en este aspecto como Halo 3 y, sobre todo, Call of Duty 4: Modern Warfare y además me apasiona seguir, hoy en día, las partidas de diversos juegos como pueden ser Counter Strike: Global Offensive, el Call of Duty de turno (pese a lo soporífero de Ghosts) o Hearthstone.
Me gustan mucho los e-Sports, como digo, y me encantaría poder dedicarle horas de mi tiempo libre a un juego concreto con visos de poder llegar a competir de una forma relativamente seria y profesionalizada (en el aspecto formal, más que en el económico). Esto es así porque, desde que empecé en los juegos que nombro, me apasionó esa franja competitiva en la que, dejando atrás los rutinarios y tópicos modos para un jugador, uno se encontraba a miles de personas que suponían un verdadero reto y hacían interesante y sumamente divertido el invertir horas y horas en un mismo juego y un mismo modo. Recuerdo la época de Modern Warfare especialmente por la gente que conocí, los amigos que hice (y que todavía mantengo) y por esas partidas competitivas, en un plano completamente amateur, que nos dieron horas y horas de disfrute absoluto.
Me encanta e ilusiona ver cómo todo lo relacionado con los deportes electrónicos ha crecido y se ha profesionalizado a todos los niveles para, estoy seguro, seguir creciendo mucho más durante los próximos años. Es cierto que España, y Europa en general, siguen lejos de los niveles de dedicación e inversión (de tiempo y dinero) de USA, China y, sobre todo, Corea del Norte pero si tenemos en cuenta que hace algo más de un lustro era impensable vivir de esto, podemos y debemos ser bastante optimista.
Es esa pasión e ilusión la que me gustaría invertir en un juego en el que ponerme a prueba, en el que volver a sentir esa sensación de satisfacción al ganar tras trabajadas partidas y esa ganas de mejorar y seguir progresando tras cada derrota. ¿El problema? Creo que no hay un juego “para mí” o, mejor dicho, que se adapte a aquello que busco y a lo que me podría compremeter hoy por hoy. Hearthstone estuvo cerca de serlo pero problemas (bajo mi punto de vista) como un papel demasiado importante de la suerte y un metagame demasiado limitado hicieron que terminara tomándomelo como un mero pasatiempo sin más ambiciones.
Habría que estar ciego para no fijarse en los MOBA (Dota 2 y, sobre todo, League of legends, principalmente) pero han sido muchas las veces en las que he intentado meterme en el género y sus exponentes pero la comunidad de usuarios más tóxica que jamás haya visto (en LoL), no encontrar un grupo de gente para jugar y, por encima de todo, unas mecánicas y un planteamiento que nunca me enamoraron hicieron que terminara dejando el género de lado pese a que me encantaría poder seguir y entender todo lo que ocurre en pantalla y disfrutar con los miles de streamings de ligas y campeonatos como el Campeonato del Mundo de League of Legends que está teniendo lugar en Corea del Norte, sin ir más lejos.
¿Qué nos queda si eliminamos Dota 2, League of Legends y Hearthstone? Podríamos meter en el saco de los juegos con una mayor y mejor infraestructura de cara a la competición a CS:GO, Call of Duty y Starcraft II. ¿Problemas con los que me encuentro? La barrera de entrada del primero para alguien que ha jugado poco y mal a FPS en PC es prácticamente insalvable a estas alturas; el segundo es un juego de poco recorrido ya que cada año varía la forma y el fondo de la competición debido al lanzamiento anual de nuevas entregas y cuenta con equipos demasiado inestables y, en mi opinión, inmaduros competitivamente; y por último, Starcraft II es el que a priori, gracias a su planteamiento de 1vs1, más me atraería sobre el papel pero jamás he disfrutado de los RTS.
Pocas alternativas quedan, pues, si nos atenemos a juegos con una fuerte proyección competitiva y, lo más importante en estos casos, el apoyo de organizaciones y comunidad para potenciar ese aspecto competitivo. ¿Qué me gustaría encontrar? Después de disfrutar durante varios años del multijugador de Call of Duty y, más recientemente, de Hearthstone, me gustaría centrarme en algo más semejante al juego de cartas de Blizzard en términos de ritmo, estrategia y planteamiento. Priorizaría los juegos 1vs1 ya que en los días que corren es muy difícil coincidir con otras tres, cuatro o cinco personas habitualmente y si algo diferencia el juego competitivo de las partidas multijugador ocasionales es esa dedicación extra
Tocará seguir esperando a que ese título perfecto vea la luz y, lo que es más difícil, que reciba el apoyo necesario para llegar a ser un título de corte competitivo llamativo y extendido.
Escribiré más sobre ello pero el cercano Duelyst, sobre el papel, me parece una propuesta sumamente atractiva que, eso sí, quizá se vea falta, debido a lo humilde de su estudio, de la infreaestructura y el apoyo requeridos para llegar a ser un deporte electrónico o e-Sport.
¿Y vosotros? ¿Jugáis o tenéis pensado jugar seriamente a algún título de corte competitivo?